Qué sorpresa!! Los titulares del Diario La Prensa no incitan orgullo alguno entre la comunidad universitaria de la UNI. Destacan seis artículos, con encabezados que provocan una profunda reflexión y muchas interrogaciones respecto a lo que está sucediendo en nuestra institución. 1. “Pénsum” de escándalos en la UNI, 2. “Ingeniosos” y tristes escándalos en la Universidad de Ingeniería, 3. Universidad pagó defensa de acusados de supuesto acoso, 4. Rector “acosado” por demandas judiciales, 5. Golpizas, acoso y asaltos en el Alma Mater y 6. Cruento pleito por poder[i]. La primer reacción ante la lectura de los reportajes es la incredulidad, el “no es posible”, para transitar luego hacia la posibilidad, subir al escalón de los cuestionamientos y culminar con una profunda duda respecto al quehacer académico.
Al escándalo nacional derivado por los delitos del transgresor Arnoldo Alemán, ahora se suman una serie de “tristes escándalos” (cómo lo menciona el reportero, Eduardo Marenco, eduardo.marenco@laprensa.com.ni) llevados a cabo a lo interno de la UNI. Es lamentable ocupemos este tipo de titulares para mostrarle a la sociedad nicaragüense lo que no somos. Nos exhiben como un sistema con problemas y problemas sumamente serios, cuando en realidad los actores de estos actos se cuentan con los dedos. Dificultades que distan de la labor diaria, de la tarea encomendada por los nicaragüenses. Contrariedades que semejan intrigas de cuarterías, simplezas, nimiedades absueltas por principio del ámbito académico.
Estoy seguro la sociedad aguarda información de índole relacionada a nuestro trabajo académico y científico. Presentemos avances en las áreas de investigación que nos ocupa. El aporte científico que nuestros profesores-investigadores hacen en la Industria ó al conocimiento científico en general. Los avances que gracias a nuevas metodologías de la enseñanza de la Ingeniería han procurado nuestros académicos; la calidad de nuestros egresados; las contribuciones de la variada temática de nuestras tesis de licenciatura; la vinculación de nuestros estudiantes con la sociedad; las consecuencias de los programas de posgrado sobre la dinámica empresarial y académica, etc. Eso espera y demanda la sociedad civil. Esa es nuestra función primordial, nuestra misión. Pero esa información no la lee el nicaragüense porque no es difundida tan vehementemente como la información amarilla, pendenciera y rechiflada mediatizada como escándalos de cantinas o gresca entre meretrices.
Denuncias de acoso sexual?, tráfico de influencias?, estudiantes sin un claro proceso de graduación?, acusaciones contra el Rector por influir sobre los procedimientos que son estatutarios?, confrontación entre el Rector y el Vice-Rector General?, amenazas de muerte?, corrupción administrativa?. Vaya... parece estamos ante la puesta en escena de una obra promiscua, adúltera, confusa, falsa, lasciva, lúbrica e incontinente. Además, irreal. Pero no, nuevamente la realidad deja postergados, excluidos los adjetivos para aproximar la ficción.
En una comunidad plagada de diferencias, cabe la opción de asumir la responsabilidad ante la aparente ineptitud ó falta de valores de los que en algún momento han detentado ó detentan el liderazgo de las diferentes instancias en el conjunto nombrado UNI. Pero, sí por razones de opción y a la vez criticables, que pasan por el tamiz de las ambiciones, preferencias, temores, etc., permitimos el proceder facineroso y agraviador de los malhechores que cohabitan entre nosotros, irremediablemente seremos cómplices, encubridores, participes de cada uno de sus repudiables actos. La denuncia ante los foros correspondientes es un deber ineludible de cada universitario. Vaya, conscientes de nuestra lucha permanente contra la corrupción, no hay lugar a posiciones ambivalentes. Los más exacerbados críticos del sistema universitario, son los propios universitarios. Y no hay amistad ni compadrazgo que apañé el proscrito proceder de ningún profesor, detentando algún cargo o no. Ningún universitario puede manosear la respetabilidad e integridad de las instituciones de educación superior; ningún coqueteo con la transgresión a las leyes universitarias escritas o no se puede permitir. La ética es la inferencia inexcusable. El universitario no participa ni apoya ninguna arbitrariedad, no ensucia la filosofía, la mística y el proceder universitario. Es leal a la verdad, a la rectitud, al honor.
Muchos actores de los “affaire” verborrean sobreabundancia inflexivamente sospechosa, redundancia insegura y políticamente sofisticada, dicen mucho respeto a su inocencia y sus nerviosas y acusadas acciones delatan culpabilidades; la desorientación, la confusión, cansadamente reiterativa los matiza de incoherencias y los exhibe ante el reportero menos hábil, irreparablemente se desdicen. Absurdamente se autodeclaran culpables. La percepción que el lector recibe es que si hay algo chueco, subrepticio en todo esto.
Si éste no fue el propósito del reportero, sin proponérselo logró con creces un cometido no planificado. Logro la confesión. Yo me preguntó entonces (siguiendo la línea de Eduardo Marenco: ¿qué pretendían ocultar los involucrados ó, escrito de otra manera, que coladera está a punto de reventar?) Nuevamente, la apreciación es que los nombrados en todos estos reportajes están en entredicho.
Sugerencia a los involucrados: aclaren su participación o no, su responsabilidad o no en toda la red de actos deleznables en los que se les implica. Al frente de los deslindes, la claridad y traslucidez del Rector Aldo Urbina Villalta. Debe informar, sin detrimento a su alta investidura, con documentos, pruebas y probablemente cifras en mano, que lo actuado está dentro del marco que establece la ley. Que no hay nada de oscuro, gansteril en el entorno de su gobierno universitario. Él es el representante legal de la Universidad Nacional de Ingeniería. Es un líder. Responsable vigente y reglamentario de las políticas, preferiblemente sin mácula, de la UNI.
Porqué el Vice-Rector General, Ing. Sergio Álvarez, compañero de fórmula del Rector Urbina Villalta, toma posterior a las elecciones ésta actitud? Eso de que necesitaban ser elegidos para “influir en algo” no logro comprenderlo a totalidad. Discúlpeme Sr. Vice-Rector General, pero en Nicaragua los Tribunales están abiertos para todo tipo de denuncias y si usted tenía algo que denunciar, porqué esperó a detentar el cargo para hacerlo? Desde mi punto de vista, la calidad de ciudadano de una Nación está por encima de cualquier cargo. Quiere decir que se necesita ostentar la rectoría o vicerrectoría general de la UNI para hacer competente en algún juzgado una querella? Lastimosamente, estos reportajes públicos dan lugar a la exhibición pública del Rector y del Vicerrector General y a ser cuestionados, interrrogados, interpelados y a solicitarles una declaración por los abusos por los cuales se les señalan.
Dentro de la Comisión Investigadora nombrada por el Consejo Universitario se encuentra el Ing. Clementino Solares Castillo, exDecano de la Facultad de Tecnología de la Industria. Hombre comprometido con sus ideas, al cual respeto por una serie de argumentos que en este momento no vienen al caso. Porqué quiero destacar su presencia?... Su presencia asegura quizás no el desenmascaramiento de los vivales, y si una voz y un argumento que señale a los detentores del autoritarismo y la impunidad. En la última visita que hice a Nicaragua, el Ing. Solares pudo exteriorizarme sus inquietudes acerca de muchos aspectos del manejo de la UNI. Ing. Solares, ha adquirido un compromiso y, personalmente espero que tu lucha traiga consigo resultados.
Ya no se puede permitir que unos cuántos trasnochados seudo-sandinistas detengan el progreso de la UNI por sus raterías, sus bajas pasiones y sus concupiscencias. Lo más grave de esta pléyade de mafiosos es su hostilidad a la integridad y a la vida de sus opositores al utilizar la amenaza de muerte como recurso para el amedrentamiento, para la intimidación. Las autoridades policíacas deben estar al pendiente de la sucesión de hechos sobre la base sacada a luz de estos reportajes. Lo sucedido al Ing. Arturo Collado Maldonado, exRector, es aún una afrenta, un agravio, un insulto para los profesores de la UNI, peor aún cuando los sicarios siguen escondidos en el anonimato.
Al escándalo nacional derivado por los delitos del transgresor Arnoldo Alemán, ahora se suman una serie de “tristes escándalos” (cómo lo menciona el reportero, Eduardo Marenco, eduardo.marenco@laprensa.com.ni) llevados a cabo a lo interno de la UNI. Es lamentable ocupemos este tipo de titulares para mostrarle a la sociedad nicaragüense lo que no somos. Nos exhiben como un sistema con problemas y problemas sumamente serios, cuando en realidad los actores de estos actos se cuentan con los dedos. Dificultades que distan de la labor diaria, de la tarea encomendada por los nicaragüenses. Contrariedades que semejan intrigas de cuarterías, simplezas, nimiedades absueltas por principio del ámbito académico.
Estoy seguro la sociedad aguarda información de índole relacionada a nuestro trabajo académico y científico. Presentemos avances en las áreas de investigación que nos ocupa. El aporte científico que nuestros profesores-investigadores hacen en la Industria ó al conocimiento científico en general. Los avances que gracias a nuevas metodologías de la enseñanza de la Ingeniería han procurado nuestros académicos; la calidad de nuestros egresados; las contribuciones de la variada temática de nuestras tesis de licenciatura; la vinculación de nuestros estudiantes con la sociedad; las consecuencias de los programas de posgrado sobre la dinámica empresarial y académica, etc. Eso espera y demanda la sociedad civil. Esa es nuestra función primordial, nuestra misión. Pero esa información no la lee el nicaragüense porque no es difundida tan vehementemente como la información amarilla, pendenciera y rechiflada mediatizada como escándalos de cantinas o gresca entre meretrices.
Denuncias de acoso sexual?, tráfico de influencias?, estudiantes sin un claro proceso de graduación?, acusaciones contra el Rector por influir sobre los procedimientos que son estatutarios?, confrontación entre el Rector y el Vice-Rector General?, amenazas de muerte?, corrupción administrativa?. Vaya... parece estamos ante la puesta en escena de una obra promiscua, adúltera, confusa, falsa, lasciva, lúbrica e incontinente. Además, irreal. Pero no, nuevamente la realidad deja postergados, excluidos los adjetivos para aproximar la ficción.
En una comunidad plagada de diferencias, cabe la opción de asumir la responsabilidad ante la aparente ineptitud ó falta de valores de los que en algún momento han detentado ó detentan el liderazgo de las diferentes instancias en el conjunto nombrado UNI. Pero, sí por razones de opción y a la vez criticables, que pasan por el tamiz de las ambiciones, preferencias, temores, etc., permitimos el proceder facineroso y agraviador de los malhechores que cohabitan entre nosotros, irremediablemente seremos cómplices, encubridores, participes de cada uno de sus repudiables actos. La denuncia ante los foros correspondientes es un deber ineludible de cada universitario. Vaya, conscientes de nuestra lucha permanente contra la corrupción, no hay lugar a posiciones ambivalentes. Los más exacerbados críticos del sistema universitario, son los propios universitarios. Y no hay amistad ni compadrazgo que apañé el proscrito proceder de ningún profesor, detentando algún cargo o no. Ningún universitario puede manosear la respetabilidad e integridad de las instituciones de educación superior; ningún coqueteo con la transgresión a las leyes universitarias escritas o no se puede permitir. La ética es la inferencia inexcusable. El universitario no participa ni apoya ninguna arbitrariedad, no ensucia la filosofía, la mística y el proceder universitario. Es leal a la verdad, a la rectitud, al honor.
Muchos actores de los “affaire” verborrean sobreabundancia inflexivamente sospechosa, redundancia insegura y políticamente sofisticada, dicen mucho respeto a su inocencia y sus nerviosas y acusadas acciones delatan culpabilidades; la desorientación, la confusión, cansadamente reiterativa los matiza de incoherencias y los exhibe ante el reportero menos hábil, irreparablemente se desdicen. Absurdamente se autodeclaran culpables. La percepción que el lector recibe es que si hay algo chueco, subrepticio en todo esto.
Si éste no fue el propósito del reportero, sin proponérselo logró con creces un cometido no planificado. Logro la confesión. Yo me preguntó entonces (siguiendo la línea de Eduardo Marenco: ¿qué pretendían ocultar los involucrados ó, escrito de otra manera, que coladera está a punto de reventar?) Nuevamente, la apreciación es que los nombrados en todos estos reportajes están en entredicho.
Sugerencia a los involucrados: aclaren su participación o no, su responsabilidad o no en toda la red de actos deleznables en los que se les implica. Al frente de los deslindes, la claridad y traslucidez del Rector Aldo Urbina Villalta. Debe informar, sin detrimento a su alta investidura, con documentos, pruebas y probablemente cifras en mano, que lo actuado está dentro del marco que establece la ley. Que no hay nada de oscuro, gansteril en el entorno de su gobierno universitario. Él es el representante legal de la Universidad Nacional de Ingeniería. Es un líder. Responsable vigente y reglamentario de las políticas, preferiblemente sin mácula, de la UNI.
Porqué el Vice-Rector General, Ing. Sergio Álvarez, compañero de fórmula del Rector Urbina Villalta, toma posterior a las elecciones ésta actitud? Eso de que necesitaban ser elegidos para “influir en algo” no logro comprenderlo a totalidad. Discúlpeme Sr. Vice-Rector General, pero en Nicaragua los Tribunales están abiertos para todo tipo de denuncias y si usted tenía algo que denunciar, porqué esperó a detentar el cargo para hacerlo? Desde mi punto de vista, la calidad de ciudadano de una Nación está por encima de cualquier cargo. Quiere decir que se necesita ostentar la rectoría o vicerrectoría general de la UNI para hacer competente en algún juzgado una querella? Lastimosamente, estos reportajes públicos dan lugar a la exhibición pública del Rector y del Vicerrector General y a ser cuestionados, interrrogados, interpelados y a solicitarles una declaración por los abusos por los cuales se les señalan.
Dentro de la Comisión Investigadora nombrada por el Consejo Universitario se encuentra el Ing. Clementino Solares Castillo, exDecano de la Facultad de Tecnología de la Industria. Hombre comprometido con sus ideas, al cual respeto por una serie de argumentos que en este momento no vienen al caso. Porqué quiero destacar su presencia?... Su presencia asegura quizás no el desenmascaramiento de los vivales, y si una voz y un argumento que señale a los detentores del autoritarismo y la impunidad. En la última visita que hice a Nicaragua, el Ing. Solares pudo exteriorizarme sus inquietudes acerca de muchos aspectos del manejo de la UNI. Ing. Solares, ha adquirido un compromiso y, personalmente espero que tu lucha traiga consigo resultados.
Ya no se puede permitir que unos cuántos trasnochados seudo-sandinistas detengan el progreso de la UNI por sus raterías, sus bajas pasiones y sus concupiscencias. Lo más grave de esta pléyade de mafiosos es su hostilidad a la integridad y a la vida de sus opositores al utilizar la amenaza de muerte como recurso para el amedrentamiento, para la intimidación. Las autoridades policíacas deben estar al pendiente de la sucesión de hechos sobre la base sacada a luz de estos reportajes. Lo sucedido al Ing. Arturo Collado Maldonado, exRector, es aún una afrenta, un agravio, un insulto para los profesores de la UNI, peor aún cuando los sicarios siguen escondidos en el anonimato.
Dr. Juan Espinoza Cuadra
2002México.
[i] http://www.laprensa.com.ni/archivo/2002/septiembre/09/nacionales/nacionales-20020909-23.html
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