Pasaron las elecciones universitarias. Sumamente disputadas, con altibajos, diatribas y uno que otro exceso. Eso quedo atrás. Ahora, el nuevo Rector debe orientar hacia lo que la comunidad universitaria de la UNI ha demandado siempre: la excelencia académica. Este no es un objetivo exclusivo de la institución, -aclaro-. Se amplía hacia todas las instituciones de educación superior (IES) de Nicaragua.
Pocas alusiones a este acontecimiento he encontrado en los medios de comunicación, pero acaso, no será una mueca de lo que no hemos hecho? No obstante, este suceso reviste suma importancia, sobre todo cuando en una IES se ejercita la participación colectiva para elegir a sus nuevas autoridades. Siempre se ha dicho lo contrario. En esta ocasión se le entrega a la sociedad nicaragüense este ejercicio resuelto y con buenas calificaciones.
Nuestra presencia en la sociedad no debe estar secuestrada por una actitud tímida. La sociedad debe y tiene que conocer nuestro desempeño, nuestros logros y nuestras proyecciones. A fin de cuentas, es con el dinero del pueblo nicaragüense que sustentamos todo el quehacer ejecutado al amparo de nuestra Autonomía. Ellos deben saber cómo y de qué manera estamos utilizando los recursos que se nos destinan anualmente.
Traslademos las prospecciones hogareñas (en cuánto a la economía familiar y como ejercicio) hasta el ahora virgen y desconocido ámbito de las universidades de subvención estatal y seamos críticos de cómo se esta empleando el presupuesto estatal. Ejecutarlo según normativas y legislación es misión, responsabilidad y deber de las autoridades elegidas por la comunidad universitaria. Pero la sospecha o peor aún, pruebas de un mal ejercicio presupuestal, conlleva al escrutinio, a la solicitud de rendición de cuentas por parte de la comunidad universitaria al Rector y su grupo de apoyo. Este acto conllevaría al demérito, a la vergüenza, al deshonor y al enjuiciamiento de los probables culpables de tal delito. La UNI quedaría expuesta a la duda, a la crítica, dolorosamente a la burla, al desprestigio, a la deshonra y todo el trabajo realizado por años sería terriblemente etiquetado de precario, fortuito, ambiguo, confuso. Pero este último escenario es hasta la fecha ficticio, artificioso, pero no imposible.
A la fecha, la UNI ha entregado a Nicaragua una cantidad de profesionales capacitados, pero también ha entregado a los hogares y a la sociedad, un conjunto de hombres y mujeres comprometidos con el engrandecimiento de Nicaragua a través de los principios y valores inducidos por sus formadores, primeramente en lo humano y luego, en lo profesional.
Como profesor universitario, conozco a plenitud la capacidad profesional-académica de algunos de mis colegas. También reconozco que hay muchos profesores que exponen severas carencias en el aspecto académico, pero son honestos y con ganas de consolidar sus insuficiencias. Igualmente se convive con verdaderos truhanes, pillos que han encontrado en la comunidad universitaria un botín donde lucrar para sus delitos. Cualquier nicaragüense debe acercarse a nuestras autoridades de la Dirección Superior y de los consejos facultativos e indagarse sí nuestra función formadora de recursos humanos se está cumpliendo según los objetivos planteados. Observar “in situ” la calidad de la enseñanza impartida en nuestros salones de clases, visitar nuestros laboratorios, conversar con nuestros estudiantes, con nuestros profesores, con nuestras autoridades, ...hasta participar en un exámen de grado, porqué no? A fin de cuentas, insisto, la UNI es pagada por los impuestos de todos los nicaragüenses.
Este ejercicio parece ser una invitación a lo que nunca va a ocurrir, pero ese modo de ver las cosas debe evadirse. Sucede que el nicaragüense nunca se ha cuestionado por el destino de sus impuestos. Ha llegado el momento de hacerlo, ante la bochornosa escena donde el despilfarro y la malversación son acciones de todos los días. La UNI es una institución estratégica para el desarrollo tecnológico de Nicaragua. De la UNI han emergido, emergen y emergerán los líderes de la industria nicaragüense. De la UNI se han formado y se forman los que dirigen y dirigirán el rumbo de las empresas, comercios, fábricas, manufactureras, consorcios, etc. Por ende, es importante o no este proyecto estratégico de la República de Nicaragua?
En esta ocasión le toca al Ing. Aldo Urbina Villalta asumir la rectoría de la Universidad Nacional de Ingeniería de Nicaragua. Me arrogo la satisfacción de conocerle como compañero de trabajo puesto que somos parte del mismo claustro de profesores, el de la Facultad de Tecnología de la Industria (FTI). Sé de primera mano que es un hombre dedicado a su familia y luego, un irredento luchador por la concreción de sus ideas, colega, participativo, integrado a la actividad de sus estudiantes, a sus interrogantes y a sus proyecciones, es decir, sinérgico. Basta experiencia en las lides universitarias, combativo, reflexivo y según esto, consensuador de soluciones viables para el colectivo. Porque resaltar todas estas cualidades? Simple, porque sin ellas, hoy yo no tendría la seguridad que su liderazgo allanará el camino hacia la primer interrogante que planteé: la excelencia académica.
La UNI hoy, es un reflejo del acontecer político nacional. En nuestro seno conviven un sinnúmero de tendencias que persiguen el mismo objetivo: conservar y potenciar a su máxima expresión nuestro indiscutible liderazgo como institución tecnológica. A diferencia de los partidos políticos y de sus diputados en la Asamblea Nacional, en el regazo de la UNI procuramos que todos los grupos encuentren en el debate ideológico el camino hacia la convivencia armónica y resolver las diferencias mediante propuestas de solución a las problemáticas del entorno. Pero también reptan grupúsculos de inadaptados que subversivamente lesionan con sus actos el objetivo de la mayoría. Los claustros de profesores son un heterogéneo conjunto de vocaciones, habilidades, dones, capacidades, ambiciones y metas, conviviendo por un fin en común: el desarrollo de Nicaragua.
Para finalizar, una invitación al pueblo de Nicaragua: a participar en la experiencia del fortalecimiento y desarrollo de la UNI mediante un exhaustivo control de su actividad y supervisión de sus productos. La UNI es patrimonio del pueblo nicaragüense, no de las castas y clanes que se quieren apoderar de ella, y al Rector Aldo Urbina Villalta, que Dios ilumine su gestión.
Dr. Juan Espinoza Cuadra
2002
México
Pocas alusiones a este acontecimiento he encontrado en los medios de comunicación, pero acaso, no será una mueca de lo que no hemos hecho? No obstante, este suceso reviste suma importancia, sobre todo cuando en una IES se ejercita la participación colectiva para elegir a sus nuevas autoridades. Siempre se ha dicho lo contrario. En esta ocasión se le entrega a la sociedad nicaragüense este ejercicio resuelto y con buenas calificaciones.
Nuestra presencia en la sociedad no debe estar secuestrada por una actitud tímida. La sociedad debe y tiene que conocer nuestro desempeño, nuestros logros y nuestras proyecciones. A fin de cuentas, es con el dinero del pueblo nicaragüense que sustentamos todo el quehacer ejecutado al amparo de nuestra Autonomía. Ellos deben saber cómo y de qué manera estamos utilizando los recursos que se nos destinan anualmente.
Traslademos las prospecciones hogareñas (en cuánto a la economía familiar y como ejercicio) hasta el ahora virgen y desconocido ámbito de las universidades de subvención estatal y seamos críticos de cómo se esta empleando el presupuesto estatal. Ejecutarlo según normativas y legislación es misión, responsabilidad y deber de las autoridades elegidas por la comunidad universitaria. Pero la sospecha o peor aún, pruebas de un mal ejercicio presupuestal, conlleva al escrutinio, a la solicitud de rendición de cuentas por parte de la comunidad universitaria al Rector y su grupo de apoyo. Este acto conllevaría al demérito, a la vergüenza, al deshonor y al enjuiciamiento de los probables culpables de tal delito. La UNI quedaría expuesta a la duda, a la crítica, dolorosamente a la burla, al desprestigio, a la deshonra y todo el trabajo realizado por años sería terriblemente etiquetado de precario, fortuito, ambiguo, confuso. Pero este último escenario es hasta la fecha ficticio, artificioso, pero no imposible.
A la fecha, la UNI ha entregado a Nicaragua una cantidad de profesionales capacitados, pero también ha entregado a los hogares y a la sociedad, un conjunto de hombres y mujeres comprometidos con el engrandecimiento de Nicaragua a través de los principios y valores inducidos por sus formadores, primeramente en lo humano y luego, en lo profesional.
Como profesor universitario, conozco a plenitud la capacidad profesional-académica de algunos de mis colegas. También reconozco que hay muchos profesores que exponen severas carencias en el aspecto académico, pero son honestos y con ganas de consolidar sus insuficiencias. Igualmente se convive con verdaderos truhanes, pillos que han encontrado en la comunidad universitaria un botín donde lucrar para sus delitos. Cualquier nicaragüense debe acercarse a nuestras autoridades de la Dirección Superior y de los consejos facultativos e indagarse sí nuestra función formadora de recursos humanos se está cumpliendo según los objetivos planteados. Observar “in situ” la calidad de la enseñanza impartida en nuestros salones de clases, visitar nuestros laboratorios, conversar con nuestros estudiantes, con nuestros profesores, con nuestras autoridades, ...hasta participar en un exámen de grado, porqué no? A fin de cuentas, insisto, la UNI es pagada por los impuestos de todos los nicaragüenses.
Este ejercicio parece ser una invitación a lo que nunca va a ocurrir, pero ese modo de ver las cosas debe evadirse. Sucede que el nicaragüense nunca se ha cuestionado por el destino de sus impuestos. Ha llegado el momento de hacerlo, ante la bochornosa escena donde el despilfarro y la malversación son acciones de todos los días. La UNI es una institución estratégica para el desarrollo tecnológico de Nicaragua. De la UNI han emergido, emergen y emergerán los líderes de la industria nicaragüense. De la UNI se han formado y se forman los que dirigen y dirigirán el rumbo de las empresas, comercios, fábricas, manufactureras, consorcios, etc. Por ende, es importante o no este proyecto estratégico de la República de Nicaragua?
En esta ocasión le toca al Ing. Aldo Urbina Villalta asumir la rectoría de la Universidad Nacional de Ingeniería de Nicaragua. Me arrogo la satisfacción de conocerle como compañero de trabajo puesto que somos parte del mismo claustro de profesores, el de la Facultad de Tecnología de la Industria (FTI). Sé de primera mano que es un hombre dedicado a su familia y luego, un irredento luchador por la concreción de sus ideas, colega, participativo, integrado a la actividad de sus estudiantes, a sus interrogantes y a sus proyecciones, es decir, sinérgico. Basta experiencia en las lides universitarias, combativo, reflexivo y según esto, consensuador de soluciones viables para el colectivo. Porque resaltar todas estas cualidades? Simple, porque sin ellas, hoy yo no tendría la seguridad que su liderazgo allanará el camino hacia la primer interrogante que planteé: la excelencia académica.
La UNI hoy, es un reflejo del acontecer político nacional. En nuestro seno conviven un sinnúmero de tendencias que persiguen el mismo objetivo: conservar y potenciar a su máxima expresión nuestro indiscutible liderazgo como institución tecnológica. A diferencia de los partidos políticos y de sus diputados en la Asamblea Nacional, en el regazo de la UNI procuramos que todos los grupos encuentren en el debate ideológico el camino hacia la convivencia armónica y resolver las diferencias mediante propuestas de solución a las problemáticas del entorno. Pero también reptan grupúsculos de inadaptados que subversivamente lesionan con sus actos el objetivo de la mayoría. Los claustros de profesores son un heterogéneo conjunto de vocaciones, habilidades, dones, capacidades, ambiciones y metas, conviviendo por un fin en común: el desarrollo de Nicaragua.
Para finalizar, una invitación al pueblo de Nicaragua: a participar en la experiencia del fortalecimiento y desarrollo de la UNI mediante un exhaustivo control de su actividad y supervisión de sus productos. La UNI es patrimonio del pueblo nicaragüense, no de las castas y clanes que se quieren apoderar de ella, y al Rector Aldo Urbina Villalta, que Dios ilumine su gestión.
Dr. Juan Espinoza Cuadra
2002
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